Al terminar mi licenciatura tenía claro que quería estudiar una maestría. Mis metas eran obtener un nuevo título, cumplir el sueño de profundizar en lo que más me apasiona y encontrarme con mejores oportunidades laborales y salarios en el futuro.
Sin embargo, diez años después, a medida que intentaba avanzar hacia esta meta, comenzaron a acumularse inconvenientes que parecían obstáculos: las responsabilidades laborales, la familia, el deseo de viajar, la falta de tiempo, las dudas sobre las modalidades de estudio e, incluso, el miedo de no saber si sería capaz de estar a la altura. Y así, poco a poco, fui posponiendo mi decisión.
Finalmente, me inscribí. Estudiar una maestría ha sido lo mejor que me ha pasado. Mi deseo de crecer y demostrarme a mí misma que podía lograrlo fue más fuerte que mis temores. A medida que avanzaba, las inseguridades fueron reemplazadas por la confianza y motivación para seguir adelante.
Si, al igual que yo, te gustaría estudiar maestría online pero tienes dudas, me gustaría compartirte cinco cosas que me hubieran gustado saber antes de tomar esta decisión. Son reflexiones que me permitieron superar mis miedos, también me dieron la motivación y la seguridad para dar ese paso que cambió mi vida. Espero que, al leerlas, encuentres el impulso necesario para alcanzar tus metas.
Cuando me inscribí, temía que no me alcanzara el tiempo entre el trabajo, las responsabilidades de la casa, mi familia. Ahora, con los estudios, parecía una misión imposible. Pero con el tiempo entendí que la organización lo es todo y apliqué lo siguiente para manejar mis tiempos:
Descubrí que, con planeación, el tiempo rinde más de lo que parece y lo mejor es que aprendí a disfrutar del proceso. Confieso que hubo días complicados, pero también muchos en los que me sentí orgullosa de haber encontrado ese equilibrio que antes me parecía complejo. Esta habilidad me ha servido más allá de los estudios, es algo que aplico en el trabajo y la vida personal.
Hubo momentos en los que dudé de mis capacidades como estudiante de maestría, sobre todo cuando algún tema no era de fácil comprensión. Después de años dedicándome únicamente al trabajo, regresar a estudiar representaba un gran reto. Pensaba: ¿seré lo suficientemente buena para esto?
Descubrí que no soy la única que se ha sentido así. En los foros de estudiantes, otras personas compartían las mismas inquietudes y me di cuenta que dudar es parte del proceso. Pero los docentes y asesores me brindaron la guía y apoyo que necesitaba, resolviendo mis dudas y motivándome a continuar.
Algo que valoro profundamente es cómo los compañeros de clase se convierten en una red de apoyo invaluable: compartir experiencias, apoyarnos mutuamente y celebrar pequeños logros hizo que este desafío fuera más llevadero y, sobre todo, más enriquecedor.
Una de mis preocupaciones era si estudiar una maestría en línea tendría la misma calidad que un programa tradicional, el mismo valor curricular para mi trabajo o la profundidad o rigor que necesitaba. Rápidamente comprendí que los materiales son de alto nivel y los docentes son profesionales destacados en su campo, y que el aprendizaje depende en gran medida de uno mismo, como en cualquier modalidad de estudio.
El enfoque de mi maestría en línea se centra en proyectos reales, casos prácticos y en la aplicación directa de los conocimientos, sin la presión de los exámenes. Esto me ha permitido aplicar rápidamente lo aprendido en mi entorno laboral. No se trata sólo de teorías o conceptos abstractos, sino de herramientas concretas que puedo aplicar. He aprendido a adquirir y utilizar conocimientos que son realmente útiles en mi día a día, lo que me ha dado una mayor confianza y me ha permitido crecer de manera más significativa en mi carrera.
Al principio pensé que ya era demasiado tarde o que no contaba con la experiencia profesional suficiente para estudiar maestría online. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la diversidad de edades y trayectorias dentro del programa era una de sus mayores fortalezas. La experiencia de cada persona aporta una perspectiva única, y eso enriquece la interacción y el aprendizaje en grupo. Además, las plataformas digitales, lejos de ser una barrera, han demostrado ser sumamente accesibles e intuitivas.
Aunque al principio me enfrenté al desafío de adaptarme a un nuevo formato, estudiar una maestría es la mejor decisión que he tomado. Una de las razones es hacerlo en un modelo educativo diseñado para la educación virtual con altos estándares de calidad académica. Conforme he ido avanzando la modalidad me ha proporcionado herramientas que fortalecen mi crecimiento profesional y me impulsan a desarrollar una mayor disciplina, liderazgo y autonomía.
Aprendí a gestionar mi tiempo, a ser más proactiva y a utilizar la tecnología no sólo como una herramienta, sino como una forma de mejorar mi comunicación y colaboración en el entorno laboral. Hoy, reconozco que esta experiencia me ha permitido adquirir habilidades valiosas que enriquecen mi perfil profesional, me han hecho más resiliente y capaz de enfrentar cualquier reto.
Si todavía te estás preguntando porque estudiar una maestría online y si es para ti, te aseguro que no hay mejor momento que ahora para invertir en ti mismo. La educación virtual te prepara para el futuro, te ofrece flexibilidad y, sobre todo, te da la oportunidad de crecer de manera equilibrada.
Naxhielly Aguirre ha desarrollado su trayectoria profesional en las áreas de marketing y comunicación, destacándose en empresas del sector tecnológico y educativo. Actualmente estudia la Maestría en Mercadotecnia y Gerencia de Marca.
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